miércoles, 25 de noviembre de 2009

Yo también cuento…


Nancy Esperanza Bogotá Tranchita
Docente de apoyo en integración escolar

Profe, vea, otra vez Cris me quito el esfero”, “profe, Cris me está pegando”; “Profe, Cris me botó mi sacapuntas”; “profe….” “Cris salga y de un paseíto y luego regresa”,…. “No quiero, vaya usted”…

Estudiantes como Cris hay muchos en nuestro colegio, que a diario entorpecen las actividades y nos agreden. Y no es simplemente por ser malcriados, sino porque presentan serias alteraciones tanto en su desarrollo emocional como en su aprendizaje y que, por lo tanto requieren de una atención especializada que en ocasiones no depende de nosotros como institución educativa, sino de especialistas del sector salud.

Sin embargo, las normas legales y las políticas públicas, vienen hablando desde hace muchos años del derecho que tienen las personas con algún tipo de discapacidad, transitoria o permanente, para hacer parte activa en la sociedad. Tras este objetivo, se han utilizado diversas estrategias para hacerlas válidas, se han dado un sin número de nombres y definiciones para referirse al tema. Sin embargo, aún no es claro para la sociedad ni para el medio escolar el cómo nominarlos y en especial el cómo hacer evidente en la realidad estos derechos. Hablamos del derecho a la equidad, a la igualdad de oportunidades para todos y todas, del respeto por la dignidad humana y del respeto por sus ritmos de aprendizaje. En el contexto familiar, social y escolar, aún no es fácil asumir el manejo de una persona en situación de “discapacidad”, a pesar del despliegue de información y de las ayudas que el Estado está brindando para su atención.
En la actualidad se les llama ”población en situación de discapacidad” y, a nivel escolar, contempla a todas las personas que por una u otra razón, presentan una necesidad educativa especial, de tipo sensorial, auditiva, visual o cognitiva.

“Yo También Cuento” es el nombre del programa de integración escolar al aula regular, de niños, niñas y jóvenes con déficit cognitivo leve, que se lleva a cabo en el colegio desde hace aproximadamente 13 años y cuyo principal objetivo es el reconocimiento del derecho que tienen los estudiantes en situación de discapacidad a participar de un desarrollo social, cultural y académico dentro del mismo contexto que cualquier otro ser humano, respetando sus ritmos de aprendizaje y su condición de desarrollo.

El programa busca que las diferencias en el contexto escolar se hagan visibles solamente para apoyar al estudiante frente a sus dificultades, y de esta manera fortalecer sus habilidades mediante la aplicación de un currículo flexible y unas adecuaciones curriculares, que respondan directamente a la necesidad educativa de cada estudiante, lo cual se hace posible cuando se implementa un trabajo en equipo, aprovechando todos los recursos profesionales, tanto de la institución como de las entidades externas afines con nuestro trabajo.

Sabemos que no es una tarea fácil, que el trabajo en el aula se nos duplica y a veces se multiplica, que hay instantes en que como docentes se nos tienden a agotar las estrategias para manejar a los estudiantes integrados, pero en nuestra inmensa sabiduría y sensibilidad, siempre hemos encontrado la forma correcta de intervenir y de reconocer que ellos también cuentan en nuestra estadística, que ellos son parte fundamental en nuestra aula y porqué no, en nuestra vida.

Por esta razón no puedo finalizar este escrito sin extender unas infinitas gracias a todo el equipo de docentes del Carlos Arturo Torres y a sus directivas, por el trabajo tan significativo que vienen desarrollando para mejorar la calidad de vida de nuestros estudiantes, por visibilizarlos en sus aulas y por hacerles sentir que ellos también cuentan.
¡Felicitaciones, compañeros!

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